domingo, 24 de julio de 2016

Wonderful!

Queridos.
La suegra de una buena amiga, que es irlandesa, estaba en el hospital,  muy grave y semi inconsciente  decía 'Wonderful'...
Y llevo unos días barruntando ese 'wonderful'.
Me he acordado que durante la enfermedad de padre una noche de agosto en la que dormí con él medio deliraba y hablaba en italiano del maestro del colegio y del evangelio de Jesús.
En fin, que lo que somos aunque lo escondamos o no lo sepamos transmitir, o creamos que lo hemos desterrado o cómo diría L Quintás 'Qué se yo' pues todo eso, todo eso anda por allí y resurge y rebrota y renace cómo nuevo, como síntesis de una vida.
Me gustaría poder morir y vivir así con ese 'wonderful'  sintético,majestuoso, alegre,  una pura acción de gracias, como clave de bóveda y poco más...
PD. Todo esto tras un día de pelea sin cuartel en el que la wonderful familia numerosa  especial parecía un avispero con los aguijones picando sin cesar...

sábado, 16 de julio de 2016

Londres. 30 años después.

Queridos.
Qué sensación la del paso del tiempo. El paso del tiempo en las ciudad.  En mi  ya multíparo cuerpo. El liberalismo londinense deja unas huellas atroces.  Los cinco partos y tres abortos, también.
Parece insensato decirlo pero nuestro Urbanismo es mucho más respetuoso con la ciudad consolidada. Y consolidada andaba yo cuando me levanto a las 4 de la mañana para que un inglés, con flema o no, diga que el 'Urban Law' prácticamente es inexistente. No daba crédito. El brexit se les ha subido a la cabeza o se les ha bajado a los pies. Menos mal que el representante de la ONU después lo arregló un poco porque darse la paliza para esto...
Pero el Urban Half Day de nuevo me llevó a esa África de constituciones importadas y costumbres no exportadas y a una ONU que prepara Hábitat III y yo con ellos. Y mereció la pena el madrugón.
Y en fin volver a pasear por Londres, tras 30 años,  me llevó a Liberty y sus flores, a pasear hasta caer rendida, a comer mal y disfrutarlo, a las rebajas caras y picar y a la experiencia estética en la National Gallery los cuadros que compraban los pintores, -me quedo con los que compraban Degas y S. Freud - y de nuevo querer llevar a los míos y soñar con hacerlo y subirlos como hice yo...hace treinta años a los leones de la plaza de Trafalgar.

miércoles, 6 de julio de 2016

Alex, el panadero mallorquín

La ciudad de Palma siempre me regala. Además de los alumnos que siempre vienen a mis cursos y a los que ya  conozco y llamo por su nombre, mi paseo matinal antes de la clase no hay día que no me sorprenda con algo especial. Una experiencia estética, un nuevo patio no descubierto, una plazoleta, la luz,  unas vistas al mar desde una terraza, !un paseo en helicóptero!, la catedral más bella del mundo, unos zapatos rebajados o...un café.
Y ayer me tomé un café con strudel en forma de lazo de chocolate en un local pequeño de muros blancos, vigas de madera y un toque vintage  muy especial, muy mallorquín. Como no tenía prisa y estaba sola y porque tenía ganas de palique le pregunté al señor que me atendía si era cubano y parece que él, Alex, tampoco tenía prisa, estaba solo y tenía ganas de palique y en el rato del café me contó su vida. Era venezolano y estudió económicas y cuando se vino a España con su, ahora ex mujer,  pensó en hacer un máster en una escuela de negocios en Barcelona pero decidió dedicar ese dinero a montar un negocio en Ibiza...de pronto saltó a su infancia en Venezuela, una vida acomodada con medios y educación y servicio en casa, el líder de la pandilla que también  viajó a Estados Unidos.
No sé qué pasó cuál fue el paso para terminar con su piel estropeada y manchas, su look impoluto en un pequeño café de la ciudad de Palma pero fue un rato agradable, de encuentro.
Qué de decisiones tomamos que van marcando nuestro rumbo y cuando tomamos esas decisiones por los nuestros...eso ya es para otra Tesela.