Acabo de enterarme de que nos ha dejado. Descanse en paz maestro. Nos deja en vísperas de Jueves Santo y me ha venido a la cabeza que en muchas de las tertulias y conversaciones que compartimos siempre mostró un profundo respeto por la Iglesia como institución pero también por el milagro de la transubstanciación y mira qué regalo se marcha para celebrar la Última Cena allá Arriba.
Mi canto, mis palabras maestro son hoy de agradecimiento profundo y vital . Si hoy soy quién soy es gracias a qué un día en una entrevista en su despacho de sor Angela de la Cruz le parecí alguien en quien confiar no tanto por mí expediente o por mis méritos que hubiera sido el criterio al uso sino porque...era muy deportista.
Así era usted don Ramón intuitivo, brillante, sagaz , luchador, apasionado, muy gallego y muy amante de España y de su unidad.
Gracias maestro por su legado intelectual, por su coherencia vital, por su sentido del humor, su socarronería esa ironía fina que tanto nos hacía reir en los seminarios y en el Patronato de la Fundación y que llenaba siempre el espacio y nos enseñaba a concebir el tiempo y la historia como gran maestra.
Ha sido un privilegio estar a sus órdenes, seguir sus sabios consejos, aprender a contemplar España, las instituciones y nuestras vidas con esos ojos chispeantes vivos y astutos y esa íntima obsesión y preocupación por todo aquello que sostiene y mantiene firme las sociedades, las instituciones, la Universidad, la familia.
Descanse en paz don Ramón hoy quedo un poco huérfana pero con la alegría profunda de haber intentado ser digna de esa confianza que un día me otorgó y que me abrieron las puertas de una vocación universitaria vivida con intensidad y responsabilidad, gracias a usted .
Me despido en catalán,como siempre lo hacíamos .
Una abraçada mol forte .
Marta .