miércoles, 25 de diciembre de 2013

Deshojando la margarita.

Queridos todos:
Feliz Navidad.

INFORMACIÓN IMPORTANTE PARA LOS MILES DE SEGUIDORES DE ESTE BLOG: Tengo dudas, no sé si hacer una entradilla informando simplemente de que a la derecha podéis encontrar un "gadget" en el que, por fin he encontrado la forma de que os llegue la entrada por correo electrónico.(Submit)  Sólo tenéis que introducir vuestro correo y tendréis el placer o la tortura de leerme.
Fin de la entradilla, buenas noches.

Segunda opción, os cuento que la felicitación más sugerente que he recibido es una en la que dice que "hay tres tipos de mujeres, las guapas por dentro, las guapas por fuera y las reversibles como nosotras", me ha chiflado el concepto de mujer reversible, aunque muestra en el fondo y en tan pocas palabras lo divididas que estamos las mujeres, por dentro y por fuera y ese ser reversible quizás lo cambiaría por un ser indivisible, que nuestra belleza exterior nuestra sonrisa, nuestra mirada, nuestro gesto fuera reflejo de la belleza de nuestra alma, por eso mi amiga Irene era tan guapa, aunque como todos tenía sus fracturas, pero era reversible e indivisible, y como ella otras cuantas se me ocurren, que quizás no vengan al caso, o sí.

Tercera opción, ir al grano, a lo más importante con temor reverencial, con miedo de no manosear y escribir palabras huecas y topicazos, con miedo de que se me vea el plumero, el plumero de no saber vivir la Navidad, de verdad y en verdad. ¿Si, no, no si? deshojando la margarita...

Pues sí, pero haciendo honor a Rupnik, el "culpable" de que este Blog se llame Teselas voy a recoger sus palabras que además vienen muy al caso pues precisamente sobre esta vivencia he estado hablando hoy con mi primo, sobre esta y sobre el amor a los hijos y cómo de vez en cuando además de dar se recibe de ellos y esos momentos...son los mejores regalos de Navidad.

Os dejo con Rupnik:
"Cada uno de nosotros advierte en su corazón aquella primera intuición luminosa sobre su propia vida, sobre su propio devenir. Después, en la vida pueden ocurrir muchas cosas, pero es importante mantener vivas esa primera intuición, porque Dios mismo sigue siéndonos fiel y en un momento, quizá durante la noche, nos sorprenda viniendo a nuestro encuentro".




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