Queridos.
Aquí hace frío. Mucho frío.
Hoy hemos tenido día de excursión técnica y hemos visto la Berna que nadie imagina. Una Berna sin osos y...sin niños. Una Berna como quizás toda Suiza obsesionada por el silencio y la privacidad de tal forma que llegan a sacrificar el significado mismo del espacio común y compartido por evitar los 'riesgos' de una convivencia con algunos decibelios de más...Una Berna que negocia en su suelo y arrendándolo obteniendo unos alquileres millonarios y una Berna que todo lo somete a referéndum. Aquí se toman muy en serio la participación pública y asumen sus riesgos, a mi me sigue quedando lejos... Una Berna con una gran Corporación de Burgueses que ejercen un oligopolio privilegiado sobre el mercado de suelo. Y que negocian convenios de planeamiento y ejecución de iguala a igual con el Ayuntamiento pero que supone un tertium genus en el mercado de suelo con intereses a caballo entre lo público y lo privado, muy interesante figura. Y una Berna que nos acoge en una Universidad de dimensiones fastuosas, sólidas... y silenciosas.
Tras la inauguración oficial entramos en calor. Quichés y rollitos primavera. Se ofrecen algunas cenas. No puedo con mi alma. Saludo a nuestra Mother founder Rachelle Alterman. Mi más profunda admiración. Vuelvo con Andreas el organizador del sárao, qué calma, everything under control.
Mañana más.
Frío, silencio blanco.
martes, 16 de febrero de 2016
Frío y silencio.
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