Ya de vuelta.
Tengo niños pegados al cogote. Me llaman. Me piden. Me reclaman. Me quieren. Les quiero. Soy su madre. Su máter.
Pero llevo dos días con el run run. Con ese síndrome de la escalera. Del debería haber preguntado. Haber callado...
Y en fin que me quedé con ganas de decirle a la activista que la ciudad es algo vivo y dinámico y flexible y un negocio también y es derecho y derechos y deberes y es inclusiva y a veces exclusiva y exclusivista pero es lo que somos y en fin que el discurso aplastantemente ideológico que se cuela y se disfraza de huerto urbano y lo peor de verdad científica es tan exclusivista cómo la más cerradas de las urbanizaciones cerradas como el más neoliberal de los suelos urbanizables.
Y estoy enganchada a PLPR y me han regalado una camiseta que dice... Planning matters, law matters, property matters.
Y en fin que traigo ganas y amigos y obsesión intelectual, el runrun, ese que mi maestro nos ha transmitido y nos sigue contagiando.
Suerte tengo de maestros, de padres, de familia.
Family matters...
PD. Rafa hoy me mira y me dice. "Mami. Me voy. Yo solito... Sigue andando unos diez metros muy digno y decidido. Se da la vuelta y dice. ¿Y dónde voy?"
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