Es difícil mantener una conversación de más de cinco minutos en una familia numerosa en la que los intereses, las rivalidades y los juegos son muy distintos en cada franja de edad y sexo. Muy difícil, por no decir imposible.
Pero a veces...suena la flauta.
Ignacio me dice que en clase religión han estudiado la matanza del cerdo.
Callo; intento hacerme una composición de lugar...no lo logro.
Pregunto, a ver si logro respuesta y lo logro. Qué alegría interior siente uno cuando ha sabido formular la pregunta, cuando ha sabido hacer un hueco al otro...desde la matanza del cerdo.
-No es lo que tú te crees mami (estos hijos míos me conocen como si les hubiera parido). Es que estamos estudiando la 'ecología integral' de la que habla el Papa Francisco.
-¿Cómo el abuelo Paco?, dice Rafa.
-Se llama así por san Francisco de Asís (yo me sé una oración de san Francisco, dice Martita).
-Calla que estoy hablando.
Y bueno que la encíclica se llama 'Laudatio si' por eso y entonces estuvimos haciendo un trabajo en grupo.
¿Te has leído Laudatio si mami? ...si. La mayor parte en la catedral de Palma frente a sus vidrieras espectaculares y antes de un curso de Urbanismo. Es preciosa pero echo de menos la ciudad en ella. (Creo que esto se lo dije mientras estudiábamos, la cena familiar no daba para tanto y estoy haciendo de la cena una es-cena angelical imposible).
-Pásame el pan.
-Almu; come.
-No os levantéis.
-¿Un zumito?
Aprehender esas migajas. Lo más.
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