Fin de semana accidentado. Juancho con lesión gorda de muñeca. Idas y venidas al hospital. Un adolescente se enfrenta a la pregunta, sin respuesta, del porqué del dolor, porqué a mi, porqué...y aunque llora de ese mismo dolor y de rabia, mantiene el tipo; es recio.
Y entre unas cosas y otras seguimos en el lío, en esos altibajos emocionales que este guirigay de casa supone y que sólo pone en orden -físico- el paterfamilias. El otro requiere de una serenidad comunal y descomunal muy difícil de conjuntar, la sonrisa y el buen humor simultáneo...pá la foto del carnet de familia numerosa especial y en fin en medio del follón ahí en medio...por primera vez un niño de tres años responde consciente, sencillo y diáfano;
-'Rafa buenas noches, te quiero guapo.'
-'Mami (me mira, sonríe y afirma despacito como aprehendiendo lo que pudiera parecer obvio o un simple decir) ... yo también te quiero a ti.'
Me da un beso, se acurruca.
Nada más bello.
domingo, 1 de noviembre de 2015
De lesiones e ilusiones.
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