martes, 25 de abril de 2017

Síndrome del Christmas

Rafa cumple  5 años. Le adoro, se me cae la baba aunque hay que empezar a meterle en vereda porque sino se nos va.
Eligió 'lomo rojo'  (lomo adobado)para cenar. Lo dijo firme y decidido, muy solemne. Y no quería tarta comprada sino bizcocho hecho en casa. Lo tiene claro.
Ha disfrutado. Ha sido plenamente consciente de que era el protagonista y le ha sacado partido. Sabe de la vida. Reconoce y asume sus estados de ánimo con mucho aplomo y con gracia. Es salao. Muy salao.
Las niñas le han hecho una cartulina dedicada que ya valdría como Tesela.  Martita desarrolla con Rafa un maravilloso instinto maternal que no deja de sorprenderme. A mi de niña no me gustaban los pequeños...sino los mayores. 'Lo menor' era algo o alguien que no tenía interés.
Llamadas telefónicas y risas y mi hermano describiendo algunas costumbres familiares... entre ellas lo que ha calificado como el 'síndrome del Christmas' (no hay nadie mejor en sacar punta a las situaciones que mi hermano Manuel):
Madre todas las Navidades escribía más de 50 Christmas y no contenta con ello hacía paquetes que dejaba en la mesa del comedor y que el resto de la familia debíamos firmar... el síndrome del Christmas se generaba entonces, al igual que la llamada que debías atender para dar las gracias por un regalo o felicitación.  Te caía mal al que firmabas  el Christmas y el que te hacía el regalo...
Y resulta que estas costumbres se transmiten cómo por ósmosis...ahí estoy yo todas las navidades haciendo con las niñas  Christmas caseros para los profesores del departamento y diciéndole a mi hijo Rafa que hable con su tío para darle las gracias por el coche teledirigido.
Familia. Buscamos educar en valores y al final transmitimos nuestro ser, nuestros gestos, manías, grandezas y miserias  sin  que hagan falta charlas...
Mi querido hijo Rafa espero que acojas todo mi bien y que aprendas de mi mal. Así pegaditos. Andando despacito  (cómo canta Dani Martín.)
Muchas felicidades, guapo.