sábado, 23 de junio de 2018

Parar el tiempo

Andamos ya a final de curso. A matacaballo. Fiestas, festivales, maxigraduaciones apoteósicas para minialumnos algo sobrepasados con tanto agasajo. Exámenes finales y finalísimos.  Estamos saliendo muy bien parados. Salvo la lectura de Rafiki vamos camino de la Puerta Grande... O más bien de la Torre Eiffel.
Y la madre preparando 'papers' y viaje a Ecuador y cenitas deliciosas con amigos y en fin en este ir y venir...de repente: se para el tiempo, se debe parar,  hay que  'teselarlo' (creo que acabo de inventar un infinitivo, es bonito) :

Llego al patio rojo del cole azul. Los niños (graduados y no graduados) juegan por última vez en el curso. Voy acercándome para intentar espiar un poco a Rafa y verle en acción con su fraternal e inseparable pandilla. Y mientras busco y no hallo una niña menuda, flacuchilla, como de cuatro años largos, melena negra corta y con flequillo algo mafaldero me da unos golpes flojitos con sus manos en mi pierna (también flojita). Me agacho un poco y no la reconozco, no me suena de nada. La niña, a quien torpemente se me olvida preguntar su nombre, me abraza fuerte. Tan fuerte que me hace sentir el corsé que lleva desde el cuello hasta la cintura y que le hace estar muy rígida de cuerpo, muy derecha de alma. Me sonríe tierna y me mira alegre hacia arriba y dice sencillamente: te quiero.
Yo también te quiero le respondo.
Que se pare el tiempo, que sepamos pararlo de vez en cuando.

sábado, 9 de junio de 2018

Mary P. De Pink

Es simpática y lo sabe
Es generosa y se abre
A la voluntad del Grande
Al que inquieta se expande
Aunque creía  ser sombra
Siempre ha sido pura luz
Con esa sencilla actitud
Sus luchas, su pulcritud
Tiene don de gentes
Acoge ya cuatro ¡ya  veinte¡
Sabe muy bien recibir
Casa y patio compartir
Con su sonrisa serena
Castaña y rebelde melena
Pendiente de aro brillante
Y de rosa... ¡Despampanante ¡
En la Universidad sabe servir
Hacer equipo y compartir
Una bella y gran misión
Con empuje y mucho tesón
Y con su Iñigo el cazador
Familia y  lucha en el amor
Construyen y se estiran
Y de todos pa'rriba tiran
Del Máter guarda su esencia
A su Virgen acude en ausencia
De su Sole guapetona
De su hermana campeona
Que cumplas muchos María
Qué Dios te cuide y  bendiga.
Que derrames siempre alegría
Aunque el alma esté partía.

a

sábado, 2 de junio de 2018

Marta, Marta...

Queridos todos.
Esta semana he llegado tarde a una cita en mi propio edificio. Una persona me esperaba y yo no era consciente de ello. He olvidado otra reunión importante por leer los correos en diagonal y no "agendar" la. Y lo mejor de todo hoy creía tener una fiesta de cumpleaños y cuando estaba a punto de vestirme e ir a 50 kms de Madrid me han advertido muy cariñosamente de que era la semana que viene.
No sé si ha sido el cambio de gobierno, esta lluvia casi tropical que nos está haciendo vivir la primavera más explosiva que recuerdo, o el fin de curso o que estoy muy centrada, eso sí, en un "paper" _que se llaman así ahora a los artículos de investigación _ pero el caso es que  a pesar de no tener la sensación de no llegar... No llego.

¿No llego o es una reacción del subconsciente que me repliega y me hace centrarme en lo importante?

Quiero creer que así es y por eso hoy, con esta lluvia, con este gobierno, con este cuerpo y este alma anhelante de serenidad (pasiva, activa o hipercativa) a falta de fiesta y de 2 de cinco niños me he arrebujado en una manta y me he zambullido en "Washington Square" de Henry James y desde ahí todo parecía estar algo más ordenado.

Desde ahí me ha resonado esa dedicatoria personal que a las Martas nos da el evangelio y que hace unos días me tocó 'por casualidad' en un reparto aparentemente fortuito de pasajes evangélicos "Marta, Marta afanada y turbada estás con muchas cosas.

Pero sólo una cosa es necesaria; y María ha escogido la buena parte, la cual no le será quitada."