jueves, 7 de mayo de 2015

De puente a puente.

Queridos Ateneas. 

Nuestro ya tradicional Puente de Mayo en Priego es siempre un volver a la seguridad, al descanso de estar junto a los que te conocen y te quieren como eres, sin prolegómenos, como dice otra gran amiga, y nos acogemos tal como estamos y tal como somos y por extensión acogemos a los nuestros, bastante numerosos, por cierto.

 Y en cada puente me admiro y regocijo en todos y cada uno y así quiero tener la  capacidad de organización de Juan, la discreta, eficaz, sencilla y humilde generosidad de Pilar, la socarronería de Mariano, la templanza y la serenidad de Carmen, la profunda  bondad silenciosa de José,  la entrega familiar de Elena, la energía y la capacidad de disfrute de Enrique, la calma y la sabiduría educadora de Marta, la capacidad de estar en todo y a todo de Guille y María y su dulzura aunque me meta con ella de pura envidia y su grandeza y sus tacones...y me regocijo en la belleza de todos y cada uno de vuestros hijos que os reflejan, y veo en ellos vuestra impronta, y nuestras luchas y nuestro andar por la vida intentando dejar el mundo algo mejor de lo que estaba que diría nuestro Baden  Powell.

Dip  dip  dip dip...dop dop dop dop dop.

Gracias queridos. Gracias a todos.

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