viernes, 13 de noviembre de 2015

MARE NOSTRUM. Departure.

Queridos todos.
Han sido cuatro días tan intensos que, de verdad, no he tenido tiempo de escribir. Estoy en el tren camino de Tel Aviv. Y...¿Qué me llevo?.
La experiencia del encuentro fructífero, de la inteligencia y profesionalidad y carisma de personas que saben crear ámbitos, espacios de libertad y creatividad a partir de parámetros concretos de preguntas comunes y de puestas en común que van entretejiendo, como la malla urbana, las relaciones personales y nuestros conocimientos y nuestras perspectivas. Y que al contrario que en los chistes cada una de las nacionalidades aporta lo mejor de sí mismas para mostrar y mostrarse y exponerse, con apertura y verdad, al escrutinio de los demás.  Es bello, es universidad en estado puro.
¿Y de Israel? Sus capas, la sorpresa de volver a visitar Acre, Yafo, Haifa, Tel Aviv y descubrir nuevas perspectivas, físicas, sociógicas, jurídicas y políticas todas ellas encarnadas en personas concretas, un técnico que protege el patrimonio, una activista ambiental, o un Druso en su aldea y en todo ello no ver mucho de esa Tierra Santa por la que peregriné pues su presencia aquí no es ni mucho menos obvia pero al tiempo...
Al tiempo saber que la diferencia de los Drusos para los que Dios sólo se muestra a los religiosos  y yo es que tengo a  ese "Jesusito de mi vida" al que muy torpemente anhelo, al que temblando en el alma recibo, al que pedí un día con todo mi corazón ser profesora de Universidad al que quiero llevar tan dentro que me informe y conforme, pero...hay tantas capas que tampoco en mi se me hace tan obvia esa presencia que debiera destilar por todos los poros de mi piel. 
En fin, que me voy del tema o entro demasiado en él.
Antes de terminar con un brindis he hecho "entrega oficial" de mi libro a Rachelle Altermann pues a ella está dedicado por ser un ejemplo único de vocación universitaria y liderazgo académico. Ha sido muy emotivo ha dicho que nunca le habían dedicado un libro. Gracias madre por educarme en el agradecimiento.
Tengo a mi lado una  niña pecosa que me ha ofrecido un chicle de menta, sonríe a su madre se hablan dulcemente, quiero abrazaros hijos y deciros que busquéis, deseéis, y os preguntéis...aunque la respuesta no sea siempre obvia, cuál es vuestra vocación, para qué estáis hechos.
Papá os ayudará, mucho más que yo a encontrar una salida palpable a esos anhelos.
Shalom.

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