sábado, 7 de mayo de 2016

Viernes en Valladolid.

Viernes en Valladolid. Amanece lloviznando.
La excusa: jornadas que recuerdan a una orignal figura del Urbanismo de nuestro tiempo; Jane Jacobs. Un mito, un icono y algo más. Una mujer menuda, judía, periodista, hoy sería una hipster o una Blogger que consiguió  con sus mensajes entebibles (a los urbanistas nos gusta mucho  regodearnos en tecnicismos que llenan nuestra soberbia y vacían la capacidad de counicación) denunciar la pobreza de la ciudad norteamericana, su deshumanización.
Tres ponentes muy diferentes en estilo, en formación, en visión se complementan y nos refrescan y nos hacen crecer, ir más allá del artículo y la sentencia, ir al más acá a esa 'ciudad que necesitamos' o a esa ciudad que llevamos dentro. Disfruto del mosaico, brillante tesela. 
Viernes en Valladolid. Amanece lloviznando.
Misa de nueve en la plaza de Santa Ana. Una mujer católica, menuda, con la limpieza y la serenidad sencilla de la Castilla Vieja que conserva intacta su relación pausada con el tiempo, y con el espacio. Viven aquí el Allí.  Una mujer menuda, y sus cinco hermanas de Comunidad octogenarias,por lo menos, me abren la puerta me advierten de que la eucaristía será cantada y larga y compartimos silencio, canto, tiempo y eternidad, comunión, vida y alegría.
Viernes en Valladolid. Amanece lloviznando ciudad de blanco plateresco, de austero románico, de patio herreriano y  de ladrillo setentero.
Viernes en Valladolid.

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