viernes, 12 de agosto de 2016

Un tomacat

Desde que madre se quedó viuda y nació mi quinto hijo nos llevamos a 'l'avia', que es así  como se dice en catalán, a todas partes. Ignacio que es el más puñetero pero el más sensible de mis hijos lo ha resumido hoy muy bien. 'Avia es la mejor persona que conozco' (a lo mejor exagero y ha dicho sólo de las mejores, pero es igual).
Y es que enfundada en su trajecito lacoste rosa fucsia, con sus pelos de tinte y corte chino y con  toda una vida, que paqué contar, a sus espaldas...
Pisa cardos en la Lanzada a riesgo de ser apedreada por un eco fanático,  se sube al Monte de Santa Tecla y con mareo de la furgo y el vértigo sonríe en la foto con sus pelos alborotados y habla de fútbol con los adolescentes y juega al escondite con los enanos y llega a dormir con tres nietos en la cama y se levanta medio sonámbula y te ofrece comprarte un coche...al día siguiente y te mima y te da un  capricho y dos y tres y barrunta rosarios y nada sin mojarse su pelo de tinte chino y lee y suspira y se transfigura y cena ligera ...un tomaquet.
Y cuenta y escucha y se apasiona con Nadal y  con la música y con lo bien  hecho y quiere y mima a sus hijos y se adelanta a tus necesidades y te hace las uñas  (de las manos y los pies) y tose y  cena ligera...un tomaquet.
Y así  vive desprendida,  muy libre y liberada, siempre agradecida
Y cena muy ligera...un tomaquet.

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