sábado, 1 de julio de 2017

El nido medio vacío

Sólo tenemos a 2 de 5 y la casa está vacía. Hay hueco. No me tropiezo con Almu interrogante.  Ni me abraza una Martita siempre cariñosa  y risueña. Ni me cruzo con el adolescente farfullante.  Quedan el rubio la chispa que enciende la casa y Rafa, la llama.
No estamos acostumbrados a tanto espacio vital y físico. A tanto tiempo. Ni los padres, ni los hijos.
Estamos amplios. Hay más silencio. Rafa no para de hablar. Debe ser que se siente escuchado.
Ignacio deambula por la casa no tiene con quién pelearse.
Y caemos en la fácil  tentación de pensar cómo sería la casa sólo con 2. Pues ni mejor ni peor.  Distinta. Facilona. Más caprichosita. Menos gritos, muchos menos. Más espacio y más tiempo   y más creer en las propias fuerzas  quizás...
No vienen mal estos espacios. De vez en cuando.
He ido a la pelu. Rafa me mira me recoloca el pelo con cuidado echándome la melena a un lado  y me dice...¡así está bien!  Y me besa cariñoso.
¿a qué dan ganas de tener un quinto?.

No hay comentarios:

Publicar un comentario