Ya en Almería. Comienza el verano conocido, el siempre recordado, el idolatrado. Paseo después de cenar hasta la segunda heladería. De la primera dimos cuenta por la tarde. Martita lidera en patines. Almu y Rafa paseando por el bordillo de la mano. Pisando rosa o blanco. Y la charleta gira en torno a las patas de palo. Si duele ponerlas o quitarlas y a los niños más. Y Rafa quiere ponerse una que vaya con parche. Aunque si duele se quita el parche. Y nos cruzamos con la mujer que la porta, la pata. Y Rafa grita y Almu señala como en bajito y sin señalar que es a gritos y gesticulando y les doy la mano y miran de reojo y no, no quieren esa pata que además lleva zapato. Y el bisabuelo ¿tenía esa pata? Pero era de otro color y dolía. Cuánto dolía, ponerla y también quitarla. ¿Y llevaba parche el bisabuelo? No sólo pata. ¿de palo? Si, de palo.
Y tomamos el segundo helado, y paseamos y charlamos, de patas de palo. Vacaciones, esto es.
lunes, 10 de agosto de 2015
La pata de palo.
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