lunes, 26 de septiembre de 2016

Ana, la peluquera.

Empecé esta entrada en agosto y la dejé sólo con el título. Y ya sé porqué fue . Hoy he vuelto a la peluquería y Ana que es a quien dedico me ha dado con su sonrisa, su humildad y sobre todo con su vocación. Una lección de vida.
Tiene 4 hermanos todos ellos han estudiado carrera universitaria, esta separada y tiene dos hijos.
Desde los 3 años sabía que quería ser peluquera y se recorrió con 13 todo su barrio para que la cogieran de aprendiz. Tuvo una maestra generosa que además de pagarla en contra de la opinión de sus padres, le enseñó un oficio y le descubrió cómo hacer real su vocación profesional. Porque ella siempre quiso y es peluquera. Y sabe que no gana ni vive como sus hermanos y se fue a vivir a un barrio más modesto para no depender en exceso de sus padres y...es pura energía y tiene garra y ganas y eso nace de hacer lo que te gusta, lo que llevas dentro.
Le digo que tengo cinco hijos (es mi mejor publicidad, ya sabéis) y me dice... que hagan lo que de verdad les guste.
Ojalá que como madre pueda ayudarles a descubrirlo.

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