martes, 31 de octubre de 2017

El breve espacio en que tú estás.

Queridos míos.
Cúanto cuesta hacerse una  sitio en casa. No digo un sitio físico... qué también, sino ese lugar que a cada uno le corresponde y que le hace ser él mismo, lo que estás llamado  a ser.
Y todo esto se me ocurre desde la traslación del principio de autonomía local y el poder autonómico de sustitución o la autonomía autonómica, valga la redundancia y el poder estatal de sustitución en la que ando metida en la primera por encargo en la segunda...como todo hijo de vecino.
Y en fin que todo esto venía a cuento porque ayer recogí a Martita del cole, a ella sola.
Almu tras una interpretación digna de Oscar había logrado convencerme de que tenía un dolor de tripa que le impedía prácticamente levantarse si quiera de la cama (hasta que cedí y le dije que no iba al cole y cuando ya sabía que no había vuelta atrás se levantó a desayunar y a pasear su enfermedad...casi mortal y sobre todo su triunfo ante los hermanos que presenciaron  el espectacular engaño atónitos e indignados). Como veis Almu sabe ocupar y expandir su espacio vital y el mío 'teselar'.
Como iba diciendo recogí a mi Marti que me sonrió grande, me besó intensa y cariñosa cuando me vio y no paró de hablar ni un minuto desde que nos vimos hasta llegar a casa y me decía hilando unas cosas y otras.... 'Es que te puedo contar las cosas a ti sola'... Y seguía rápida, sonriente. Le dije que intentara buscarme cuando me quiera contar sus cosas a mi sola en casa aunque sabemos que es difícil... y nos miramos con un guiño de entendimiento cómplice, sutil y bellísimo que me liberó de ese fantasma que  a veces nos recorre de no poder llegar a todos y todo.

Ese breve espacio en que cada uno está.

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