miércoles, 12 de marzo de 2014

SENY Y DUENDE

Queridos todos:
Ayer me hizo mucha ilusión (vanidad de vanidades) que unos cuantos amigos me preguntaran por el Blog y por la ausencia de Teselas en las últimas semanas. No sé si Israel me dejó desfondada o que el día a día tras una experiencia tan intensa parezca de menor interés, aunque no lo sea, el caso es que yo como la Jurado que "amo con la fuerza de los mares, y que amo con el ímpetu del viento" y  que me debo a mi público vengo a darlo todo y aquí me arranco con una teselilla.
Paco de Lucía ha muerto, pero permanece su legado, esta semana es la semana del Flamenco en Nueva York pero... esto no es ná comparado con lo que está aconteciendo en una sala de espejos en  un sótano de algún lugar de la periferia madrileña.
Allí un grupo de mujeres, bastante hechitas ya, algunas entradas en carnes, otras descarnás pero todas con algo de  duende y mucha voluntad tenemos la oportunidad de aprender a bailar flamenco y como bien decía Rupnik, que parte de culpa tiene también en este sarao, el lenguaje del cuerpo en el baile es un arte que tiende al infinito (la cita no es literal, de hecho es una interpretación sui generis, por no decir casi casi inventada de lo que le oí decir una vez) pero no por ello menos cierta.
Nuestra profe, que casualmente es mi prima Cuca, la Faraona o la Yaya, lleva esto tatuado en su alma, inscrito en cada parte de su cuerpo enjuto y firme,  transmite pasión serena, elegancia chulesca, poderío y tronío, señorío en los brazos, expresión en las manos, ritmo rotundo en los pies, todo acompasado, hecho uno en la mirada que cae y que después se levanta con fuerza, altiva pero no soberbia, elevada pero no rígida, desprende la cálida fuerza de una sensualidad contenida que parece ir a estallar en un momento pero no lo hace, se suspende y por ello resulta aún más atractivo, sublime.
Y frente a ella, pues las Pacas, las alumnas,  intentando imitar, con la sonrisa puesta (como Tequila) el contoneo de caderas desbocao, casi como Ramoncín en sus mejores épocas, la espalda pa' trás no chula sino tiesa, el hombro caído, no cadente sino en decadencia, el pie arrastrao como arrumbao pero aún así con todo y con eso hay algo...un ámbito, un punto de encuentro (Quintás dixit) que nos eleva, nos estira nos ilusiona, nos divierte y eso... ¡¡MOLA MOGOLLÓN¡¡

PD. Igna, en palabras de su tutor...es otro niño y ya se ha apuntado para ir cuatro días a la granja escuela.

ANGLADA CAMARASA (yo lo titularía "Seny y Duende") en Caixa Fortum de Palma de Mallorca, es impresionante por su tamaño, la fuerza del color, siempre que voy a dar allí un curso contemplo un rato y me inspira...)

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