martes, 29 de julio de 2014

Marta, Marta...

Queridos todos,
Hoy es mi santo, y como buena meapilas que soy he ido a Misa, y como buena show off que soy he leído la lectura, y como el cura me conoce encima me ha felicitado delante de los parroquianos nonagenarios y a mi...pues no me ha entrado la vergüenza sino que me ha encantado,y he hecho una semireverencia al personal agradecida. Esto es herencia paterna eso de que nos hagan caso, no llamen por nuestro nombre y nos digan lo que nos quieren nos encanta, nos hace felices y si nos hacen regalos más aún.
Y el evangelio hoy me habla, casi me escupe a la cara ¡Marta, Marta... ¡ y efectivamente en este mes de julio en el que parece, como en diciembre que todo ha de acabarse me entran las congojas, esas que, como a padre también, no te dejan dormir y me llevan al salón a hacerme un ovillo y repasar todo lo que no he terminado, todo lo que me preocupa, todo lo que me ilusiona, todo lo que ansío para mi y para mi familia y todo, y todo y nada de eso tiene importancia o si la tiene pero relativa en su sitio, en SU sitio. Guardini lo expresa de la siguiente forma, si todo estuviera en SU sitio "Dios estaría en mi interior con todo el poder de su esencia, como origen sentido y meta de todo (...) me llegaría su llamada, y yo experimentaría con temblor y gozo que mi ser no es más que el modo en que Dios me llama y en el que yo debo responder a su llamada...a partir de ahí, mi conciencia estaría despierta y conocería sus obligaciones. Y a partir de ahí y superando la mera "conciencia", se me revelaría lo último y definitivo: el sagrado destino del amor, realizándose exclusivamente entre Dios y yo".

Después de esto siempre me quedo sin palabras.

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