martes, 3 de febrero de 2015

Una tarde cualquiera

Queridos todos.
Una tarde cualquiera es un ir y venir, un subir y bajar, un reír y llorar, un gritar o un susurrar. Todo multidireccional, que se dice ahora.
Una tarde cualquiera es un repaso, así en un momentito por los momentos estelares de la Hispania prehistórica, pasando por Al Andalus and the romanistation que ahora se estudia iniglispitinglis y empiezo a escribir y practicamos bes y uves y preparamos zumos a seis manos y un grito y una risa y un fuego que hay que apagar y unas ascuas de niño que a veces hay que calentar.
Y una tarde cualquiera así como quien no quiere la cosa Juancho grita, me reclama, qué querrá me pregunto refunfuñona, y voy moviendo los hombros con aire de víctima, ese que se nos da tan bien a las madres posmodernas y que creo que jamás vi o percibí en la mía,  y entonces sucede lo inesperado...
'Mami, mira que atardecer más precioso'
Y en una tarde cualquiera  vamos todos a la terraza. Nos asomamos,  contemplamos, casi casi en silencio,  comentamos el naranja brillante de unas nubes escurridizas, los árboles que parecen nuestro jardín, aunque no lo sean, y pasa el momento, fugaz pero poderosamente estelar, o más bien teselar. 

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