miércoles, 27 de septiembre de 2017

La eternidad a los 5 años

Voy a intentar reproducir la conversación  que tuve ayer con Rafa (5) sin echarle literatura maternal que empañe o floree la rotundidad lógica y sensatez intuitiva de sus afirmaciones.
Bajamos hacia casa los dos solos en la furgoneta nueva (sí  es nueva y tiene aa. ..).
Empieza  la conversación sin que medie pregunta capciosa materna  y como en un bote pronto dice;

-Mami, yo de mayor quiero ser una casa.
-¿Porqué una casa, Rafa?
-Las casas están siempre aquí, nunca se mueren.
Los árboles por ejemplo...los árboles los 'hachan'. La hierba la pisa la gente y se dobla.
(Silencio quiero que siga, no quiero interrumpirle).
-Y luego ya viene lo de Jesús.
-¿Lo de Jesús Rafa?
-Sí lo que siempre nos cuentas
La palabra esa...
¿La resurrección?
-Eso, eso allí en la resurrección ya da igual ser casa o no porque estamos todos juntos.
-Mami ¿puedo subirme encima tuyo y conducir la furgoneta nueva?
-Mejor dentro de unos meses. 
-Vale.

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