sábado, 15 de octubre de 2016

Atardecer en Quito

Queridos.
Esto ya empieza a tomar forma . He conseguido las acreditaciones de mis colegas camelándome a los cuatro controles previos de distinta raza y color y regalándole después una coca cola y una patatillas a la chica del registro. Me ha sonreído muy muy agradecida. Trabajan 12 horas con un descanso de quince minutos para comer.
(El catering dentro del recinto Hábitat es carísimo;un café sólo doble 4.50 dólares y una tartaleta de chocolate 3.50, la cocacola 2.50...en fin me parece que voy al ayunar bastante)
Hoy es Santa Teresa de Jesús y he podido ir a misa a la Iglesia de los carmelitas. He cantado a grito pelado,la universalidad de la Iglesia  y en ella su  hispanidad tienen estas cosas;  poder hablar el mismo lenguaje del espíritu y en tu lengua y rememorar a la Santa en Quito. Muy intenso, fraternal. Muy católico que eso significa.
Arturo me ha llevado a comer con su familia. Tiene también 5 hijos. Se han unido unos amigos mejicanos urbanistas que han huido de México,  no aguantaban la presión y opresión  de la violencia allá; qué duro. Hemos conversado sobre el Urbanismo decimonónico y sobre maestros, transfigurante, mientras una de las gemelillas de Arturo  se encaramaba a mis brazos. El restaurante era una ' cuevita' como le llamaban  aquí, muy casero y auténtico.
La reunión de la tarde de la Campaña Urbana Mundial (la World Urban Campaign) ha sido tediosa  e insufrible pero es interesante como los organismos ONU son pacientes dejan hablar a unos y a otros aunque no hayamos llegado ni al segundo punto del orden del día. Hay un ambiente fraternal pero se atisban tensiones, luchitas  o luchazas de poder. Me he venido al hotel sin  cenar porque estaba agotada.
Gorka ya ha llegado. Los Pablos lo hacen mañana.

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