sábado, 15 de febrero de 2014

Sabath

Queridos .
Ya han terminado todos los saraos. Hoy es día libre y me voy con un matrimonio americano y un holandés que habló de costas conmigo a Acre.
Estoy sentada desayunando, por fin, tranquilamente con el café a sorbitos y mirando hacia el infinito, que en esta ocasión es una sinagoga ¿improvisada? en el hotel, un grupo de alrededor de doscientos judíos rezando, hombres y mujeres separados. Cantan salmos, son nuestros padres en la fe. Me conmueve.
Es curioso. Y cambio de tema, en este tipo de reuniones hay veces que uno no sabe como comportarse, casi todo está perfectamente organizado y vamos muy en rebaño, pero llegas a desayunar, buscas asiento ¿compartes desayuno, no compartes? Llegas al autobús ¿compartes asiento o no compartes? Hay veces que te pegas a alguien todo el Congreso, como hice el año pasado con la australiana y no te sientes tan sólo pero te pierdes la riqueza de cnocer al resto. En fin, al final todo fluye de forma bastante natural.
Acre, Akko en su versión autoctóna y impresiona más por lo que fue y, de nuevo la memoria, y aquí la imaginación, que por lo que es en la actualidad. La presencia árabe es invasiva y parchea cualquier otra presencia se mete en todos los resquicios, en cualquier vestigio y recoveco, no hay restos ni ruinas "limpias" el concepto de propiedad y de ciudad que los árabes han ido superponiendo a la fortaleza que fue San Juan de Acre entorpece un poco, y termina desvaneciendo,  y debilitando la rotundidad de los muros, de los arcos, del color ocre y el azul del mar...parece un contrasentido, pero no lo es, los templarios, se quedan al final en la parte subterránea de la ciudad, no sé si me he explicado. Mando fotos a ver si me explico mejor.
Hoy llueve a cántaros estoy recogidita en el hotel esta sensación de silencio, de no tener que ir pastoreando el rebaño, de no ser coche escoba es reponedora, pero veo niños y se me van los ojos,  ¡Dios mío¡ prometo que jamás hubiera pensado que esto podría pasarme.
Las cosas por los madriles están bajo control, qué paz da.
No sé si echarme una siestecita, leer un poco, tumbarme a la bartola, darme una ducha ¡¡madre mía!! Esto de poder elegir opciones tan ociosas debe ser pecado o algo...

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